Hoy puedo escuchar esta canción
y estremecerme.
Estremecerme, pero no sentir pena
ni angustia ni desesperanza.
Hoy puedo recordar
sin atar un nudo a mi garganta.
porque tu recuerdo ya no es la soga
que me acerca a la muerte del alma.
Hoy el azar hizo que escribiera tu nombre
y olvidara aquel veintiuno de mayo
entre el humo de la gran ciudad
y las prisas de la línea 6 del metro
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