Se me ha agotado el amor,
las ganas de luchar por nada
las lágrimas llenas
las horas vacías.
Se han acabado el mar y sus olas
las puertas abiertas
mi piel al desnudo.
Se han terminado tus manos
las venas marcadas
los pentagramas en blanco.
Y así no hay quien escriba una melodía
en clave de fa, que empiece en caricias
y acabe en el desayuno del día siguiente
Así no hay quien aparque las pesadillas
a luz de la candela que danza sin prisas...
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