lunes, 19 de mayo de 2014

tardes frías de mayo

Era poético ver desde arriba mi falda a parches ondear con el aire que azota algunas tardes de mayo. Aquel lunes lorenzo venía conmigo pero lo notaba ausente, pues sentía un extraño frío gélido en la nuca, merodeando entre mi moño y las orejas. A mi alrededor todo era primavera,no había duda,mas en mi estómago y mi cabeza se podía sentir el más crudo de los inviernos. Solo por esta tarde me prometí mientras arrastraba los pasos y buscaba algún gesto cómplice en el horizonte, en el viento que bailaba el agua a las espigas que por aquel momento empezaban a amarillear. Un cielo cubierto de lineas rectas paralelas a los cables de luz parecía indicarme la dirección de un camino que hacía tiempo había perdido

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